La cantante Janet Jackson llevaba cerca de una década prácticamente desaparecida de la esfera pública. Aunque en todos estos años ha seguido lanzando discos e incluso embarcándose en alguna que otra gira musical, la hermana del malogrado Michael Jackson exhibía un firme hermetismo a la hora de gestionar el interés mediático en su vida privada, sobre todo tras el nacimiento de su hijo Eissa hace casi cuatro años.
Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente con la llegada de su documental 'Janet', en la que la intérprete aborda numerosos asuntos de su vida más íntima, desde la relación que le unía al rey del pop, quien al parecer se refería 'cariñosamente' a ella con apelativos tales como 'cerda' o 'vaca', como a los rumores que, en la década de los 80, aseguraban que había tenido varios hijos completamente en secreto.
Gracias a esta pieza audiovisual, la artista ha podido desmentir tales conjeturas en sus propios términos, y eso es precisamente lo que ha hecho al subrayar que no hay nada de cierto en esas informaciones que, hace cuarenta años, señalaban que sus sobrinas Stevanna y Brandy eran hijas suyas debido a su enorme parecido físico. En esos tiempos también se decía que Janet había tenido un hijo que, justo después de su nacimiento, había entregado a su hermano Jackie para que ella pudiera seguir cultivando su carrera musical sin más responsabilidades y distracciones.
"En esos días se decía que había tenido un hijo y que lo había mantenido en secreto hasta con mi marido. ¿Cómo iba a hacer algo así? Jamás habría ocultado a James [DeBarge]. Nunca habría hecho algo así, eso no está bien", ha explicado la diva de la música acerca del año escaso en que estuvo casada con James, de quien se divorció en 1985 alegando que su ex consumía demasiada cocaína. "Mucha gente pensaba que estaba embarazada, pero la verdad es que gané peso porque empecé a tomar píldoras anticonceptivas. Eso es lo que realmente pasó", ha revelado la artista, quien tenía solo 18 años cuando se casó por primera vez.